SPIRITUALIDAD - Acción de gracias

UNA ESPIRITUALIDAD TRINITARIA A COMPONENTES COSMICAS

 Desde unos años, muchos autores serios se preguntan ¿hasta qué punto la gente espiritual se deja o no se deja influenciar  por la naturaleza, el universo, el cosmos? Nos damos cuenta de que en Délia Tétreault la manera de rezar, de pensar en Dios, en Cristo y en el Espíritu, es cósmica, y digámoslo,  ecológica. ¿Cómo  medir el gran  interés que tenía por su medio ambiente : la naturaleza, los árboles, las flores, y creer que hasta los animales la preocupaban? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿será por intuición espiritual o pura observación?

 A veces pensamos que la espiritualidad trinitaria es como una serie de ejercicios en la capilla, en el cuarto, y aun, una vida imaginaria despojada de las realidades terrestres que tejen nuestra vida diaria. ¿Creen que Delia era una mujer así?

 Quizás venga bien hablar ahora del sueño de Delia cuando niña : “Estaba arrodillada al pie de mi cama, y de pronto, vi en mi sueño un campo de lindos trigos cuyas espigas se transformaban en cabezas de niños. Comprendí al mismo tiempo que esas espigas simbolizaban las almas de los niños paganos. Ese sueño me causó un gran impacto pero nunca pensé relatarlo a nadie ni siquiera a mi propia madre a quien habitualmente, le contaba todo.”

 Pero al recorrer la vida de Délia Tétreault, nuestra mirada se fija más allá de una simple espiga de trigo : el medio, el universo, el cosmos, la naturaleza. No hay duda, ama mucho la naturaleza.

Convencido de que el amor de Delia por la naturaleza, los pájaros y las bestias tenía un significado humano y espiritual a la vez, nos parece oportuno tratar el tema. La vida cristiana descubre en ello una fuente de inspiración.

 Su espiritualidad a componentes cósmicas es sencilla, concreta y fácil de imitar. Sabemos, y lo tenemos presente, que Délia vivió en un ambiente rural. Su amor a la tierra es algo natural, casi espontáneo. Las raíces del pasado y su memoria excelente atesoraban paisajes y hechos de su infancia. Y ¿qué decir del sueño de las espigas de trigo? Al escribir los citaciones y volviendo a leer los testimonios recogidos de las hermanas de su comunidad y de las crónicas, percibimos una espiritualidad cósmica muy acentuada, expresión de sus sentimientos íntimos y de los deseos formulados para sus hijas. Verdaderamente, se inspira de la devoción franciscana por la naturaleza y confia también en que las hermanas de su comunidad descubriran en esta devoción una riqueza para su vida espiritual. Veamos el testimonio explícito de la Hna Saint-Ignace. Cruzando al paso a una de sus hijas que se va a trabajar para la Santa Infancia, Délia le dice: “cuando viajan por los campos,  seguramente han observado el grano sembrado en buena tierra que luego crece y produce cosechas abundantes. De igual manera las semillas echadas en las almas de los ninos, algun dia daran su fruto! Siembren pues a manos llenas y pidan al buen Dios que haga fructificar la semilla sembrada en el corazón de esos niños.” Délia Tétreault tiene la convicción de que el cosmos y la naturaleza son un terreno favorable a la acción de gracias y al recogimiento espiritual. El mismo nombre de Délia Tétreault o Madre Marie du Saint-Esprit, se asocia a la vida trinitaria. Es evidente que como ciudadana del universo, desea de todo corazón que su comunidad misionera mantenga bien viva  una relación atenta con la naturaleza. Quizás sea interesante subrayar aquí que todos los días, después de la misa, las MIC cantaban el célebre canto de Daniel de los tres niños en la hoguera y eso hasta despuès de la reforma litúrgica de Vaticano II. En las últimas décadas hemos asistido a un cambio, tanto en la devoción popular como en  la oración, pero lo cierto es que las hermanas han tenido siempre un culto especial por la naturaleza.

 Como conclusión, un consejo dejado por la Madre Délia Tétreault el 16 de julio de 1926 que una hermana de Canton recogió el 16 de julio de 1926. Dirigiéndose a las  novicias de  Pont-Viau les dice : "Hijas mías, empénense en hacer felices a los que las rodean. Amen a Dios y su creación... Procuren que las personas respeten y admiren la naturaleza, la belleza, la verdad, el bien; que amen también la fuente de toda belleza, de toda verdad, de todo bien.. Trabajen mucho a fin de establecer el amor a Dios en los corazones.”

 Ya todo está dicho ¡ Eso habla de por si!  Demos gracias!

 Benoît Lacroix, op