EN EL MUNDO - America del Norte

El Canadá de hoy no se parece en nada a lo conocido por Délia Tétreault. Está totalmente transformado. La inmigración lo ha convertido en un mosaico cultural. En él se encuentran casi todas las culturas y religiones de la tierra. El país está vinculado con todos los demás continentes. Ese fenómeno crece con el libre intercambio que va ganando casi todas las Américas : ¡Un continente! ¡Un mercado! Pero los desafíos de la re-organización de dicho comercio son enormes frente al futuro social y económico de las poblaciones de nuestro continente. ¿Qué impactos recibirán las culturas y los modos de vida? La Iglesia canadiense vigila de cerca el proceso y se compromete en favor de una auténtica solidaridad con los más desfavorecidos amenazados por una economía de mercado que tiende a excluirlos del compartir de la riqueza de la tierra.

Muchos otros desafíos esperan también a la Iglesia canadiense. Viviendo actualmente una profunda mutación, tiene que reflexionar sobre la forma como encara su acción. Esta gestión necesita que se comprenda mejor la evolución del mundo y de la sociedad donde se comprometen. De allí la importancia de los acontecimientos muy enriquecedores como el Sínodo de las Iglesias de América y el primer Congreso misionero de América CAM I, para redefinir la forma de presencia que adoptará en la hora donde surgirá un nuevo orden mundial. Insertas en esa Iglesia que busca fundar o re-fundar el servicio del Evangelio en este mundo nuevo, se nos invita aquí en el mismo país a un compromiso misionero diversificado.

Lugar de origen

El Canadá, lugar de origen de la Congregación permanece en el corazón de nuestra historía comunitaria. Allí están los lugares donde Délia Tétreault ha vivido, sus primeras fundaciones, el pequeño museo habilitado en su cuarto-despacho, su tumba, la Casa Madre, la Administración general, el servicio de archivos et varios otros servicios para el conjunto del Instituto.

Desde la fundación del Instituto en 1902, el deseo de Délia Tétreault es privilegiar la animación misionera y responder a las necesidades de su tiempo: retiros espirituales, talleres misioneros para costura, diversos servicios a los inmigrantes chinos, etc. Organiza muchas casas en el Québec. Es así como encontramos a las M.I.C. en Montreal, Québec, Pont-Viau. Más tarde se abren casas en St-Sulpice, Ville St-Laurent, Longueuil, Ste-Dorothée y esporádicamente se han establecido algunas residencias en Montreal. Las actividades M.I.C. se resumen ante todo a animación misionera, formación del laicado misionero, presencia activa a los inmigrantes y servicio pastoral en diversos campos.