Las Noticias
Marzo 2020

Du 2020-03-28 au 2020-04-08

Quinto domingo de cuaresma

Nuestro amigo Lázaro está dormido”. Para Jesús, la muerte es un sueño. Y, desde entonces, cambiará el nombre del lugar donde se entierran los muertos. Ya no se llamarán “necrópolis” (ciudad de los muertos) sino “cementerios” palabra griega que significa dormitorio. La muerte ya no es lo irremediable, ni lo definitivo, ni el final del camino. Para Jesús la muerte es una “pascua” es decir un “paso” para la auténtica vida. Podemos decir que el que muere no ha llegado al fin, sino que ha cumplido su finalidad. Nos lo dejó escrito el gran sacerdote español Martín Descalzo antes de su muerte ya inminente: “Morir sólo es morir. Morir se acaba. Se acaba de sufrir y hacer preguntas. Morir es tener paz y luz y casa juntas. Y hablar, dejando los dolores lejos, la noche luz, tras tanta noche oscura” (El pájaro solitario). Y puesto que la muerte es un sueño, los que creemos en Jesús podemos soñar. Y necesitamos soñar mucho en estos momentos tan críticos que estamos viviendo en España.

2.– Jesús está cerca de las personas que sufren la ausencia de los que ya han muerto.

No hay duda de que Jesús tenía muchas cosas que hacer. A veces, “ni le dejaban tiempo para comer”. Pero sacaba tiempo para estar con las personas que sufrían. Por eso se hizo presente en casa de Marta y de María, hermanas de Lázaro, a las que tanto quería. Y no las consuela con palabras bonitas, sino haciéndose solidario en su dolor. “Y Jesús lloró”. Nuestro Dios tiene sentimientos y no puede ver sufrir. Y hace de esas lágrimas, expresión de amor. “Mirad cuanto le quería”. La cercanía con las personas que sufren nos arranca lo mejor que tenemos: nuestra ternura. Y esa ternura la expresamos con nuestras palabras, nuestros silencios, nuestro apretón de manos, nuestros besos, nuestros abrazos o nuestras lágrimas. En esta hora, hasta se nos priva de estas manifestaciones de cariño por razón del “corona-virus”. Que Dios acepte este sacrificio como el mejor sufragio, la mejor oración por ellos.

3.– La muerte cristiana nos abre el horizonte hacia la verdadera vida.

“Jesús gritó: Lázaro, sal fuera”. No olvidemos el grito de Jesús en la Cruz. Gritó cuando ya no podía ni hablar. No es un grito de derrota. Es un grito de victoria.  Es un grito de parturienta que anuncia ya una nueva vida.  Pero Lázaro salió atado con las vendas, es decir, sujeto al espacio y al tiempo, para después también morir. ¿Por qué Jesús no prolonga a todos un poco más esta vida? Simplemente porque a Dios no le va el hacer chapuzas. Prolongar más esta vida sería prolongar el dolor y el sufrimiento y crear muchos problemas. Dios quiere para nosotros su propia vida de resucitados. Vivir para no volver ya a morir. Resucitar para entrar definitivamente en la vida de Dios. “Me voy a prepararos sitio para que donde yo esté, estéis también vosotros”. Palabras consoladoras de Jesús para todos aquellos que, en estos días de la pandemia, han perdido a algún ser querido.

Du 2020-03-18 au 2020-04-08

Dia Mondial del Agua

Du 2020-03-15 au 2020-03-28

Tercer domingo de cuaresma

Aun así, nos llenamos de pánico y no vemos lo que es obvio cuando estamos buscando freneticamente al Señor, especialmente durante los momentos de gran necesidad. Nos olvidamos que Dios esta tan cerca de nosotros como el aire que respiramos; un error que la mujer Samaritana casi comete en su propio encuentro con Jesús junto al pozo. El Señor esta junto a ella – de hecho El esta justo en frente de ella- pero el hecho de que un hombre Judío espontáneamente le pidiese algo de beber es tan sorprendente para ella que casi es incapaz de reconocer aquel quien le esta hablando. Felizmente, ella se da cuenta de que “posiblemente sea Cristo” y la gratitud que siente la mueve a dejar abandonada la jarra con agua y a correr hacia el pueblo para anunciar a los habitantes las Buenas Nuevas de su encuentro con Jesús.

Ya sea en el desierto o junto al pozo, las señales de la presencia de Dios siempre se hallan entre nosotros y, así como la mujer del Evangelio, esto es algo por lo que tenemos que estar agradecidos. La gratitud que sentimos y que expresamos por estas señales produce confianza: confianza en Dios y confianza en aquellos quienes son señales del amor de Dios para con nosotros. “Solamente confine en el Señor,” escribe San. Francisco de Sales, “y El continuara guiándolos con prudencia para que puedan afrontar cualquier cosa. Dondequiera que ustedes no puedan caminar, Dios los llevara en Sus brazos.”

Oremos para que podamos convertirnos en señales de la presencia de Dios en las vidas de los demás, como muestra de gratitud por todos aquellos momentos en que el Señor nos ha llevado entre sus brazos.